«La verdad, no. Tu verdad.
Y ven conmigo a buscarla,
la mía son rancio-facts.»
(A. Machado).
Por Anacoreta Bloguerer.
Mi hermana mayor me contaba historias increíbles de pequeña. Mentiras inverosímiles, pero acompañadas de tan sugestiva producción técnica que, sumada a mi casi total ignorancia del mundo, hacía que, las más de las veces, colara.
Agitaba las cortinas, por ejemplo, simulando que un OVNI aterrizaba en la ventana de nuestro cuarto, para llevarla (a ella, a mí nunca) a vivir emocionantes aventuras siderales. Yo me escondía debajo de la sábana, que era lo que ella me ordenaba, porque los ficticios visitantes no debían saber que yo sabía, o se enfadarían mucho. Y yo, por supuesto, no quería cabrear a los extraterrestres.
«Duli» (Obdulia), que trabajaba limpiando la casa y nos cuidaba, contrastaba conmigo estas informaciones y me corregía: «No seas boba, anda». Y yo cambiaba de idea. Pero mi hermana sabía cómo volver a liarme con argumentos aún más pirotécnicos. Era muy buena en eso, qué se le va a hacer.
Fue así, que me cansé de ir de un lado para otro perdiendo discusiones, y me hice escéptica.
Notarán que nunca defiendo nada de manera absoluta, o casi nunca.
«Diletante» me decía mi madre, mucho antes de que yo conociera el significado de esta palabra. Y aún dudo de no haberla malinterpretado.
Especialmente dudo de las sesudas especulaciones que urden las ciencias sociales (si estas dos palabras no son contradictorias entre sí) sobre objetos que no pueden aislar, ni reproducir.
Dudo de los expertos porque se contradicen entre sí. Pero no confío más en la sabiduría popular porque es sorda a la crítica. Aunque, llegado el caso, podría defender lo contrario.
¿Se puede dudar de todo al mismo tiempo?
Dudo de qué sea el humor, la libertad de expresión, el arte y los alternative-facts, y de sus límites respectivos.
Dudo de mis recuerdos falsos, a partir de historias verdaderas.
Y viceversa.
Difícil decir dónde acaban mis dudas y empiezan las de los demás.
«Si hasta decir «yo»me parece que me viene grande»
(Sanchís-Sinisterra)