Por R. Carazo
“We all dream of being a child again. Even the worst of us. Perhaps the worst most of all” (Don Jose en Grupo Salvaje de Sam Peckinpah, 1969).
La Femme “Septembre”
Canción incluida en el álbum “Mystère” (Disque Pointu, 2016)
El mes de septiembre va a comenzar. Un poco de morriña, es el fin del verano.
Pero, ¿por qué mi vientre se contrae con la vuelta?. Me salen orzuelos en los ojos como cada año. Siento el estrés que me posee y me impide disfrutar del fin, del fin del verano.
Ahora voy a tener que trabajar. Se acabaron la playa y todas estas noches maravillosas.
Durante nueve meses aquí estoy condenado. Mañana es el primer día, ¿estoy verdaderamente bien vestido? Ahora estoy muy nervioso con la idea de conocer a la chica que compartirá mi corazón y mis pensamientos.
La que me hará escapar del trabajo que me espera este año. Soñaré pensando en ella. ¡Oh, qué guapa es!.
Bajo el influjo de septiembre.
Tú, el alumno que tienes miedo de levantarte. Los estudios son solo un raíl para guiarte.
E incluso si la suerte te da la espalda, otras rutas se te abrirán, solo tienes que imaginarlas.
¡Venga levántate! Demuéstrales que nadie elegirá por ti el lugar que ocuparás en esta sociedad, el que te hará olvidar el niño que fuiste. El niño que fuiste. Y añorarás septiembre.
Y añorarás septiembre. Y añorarás septiembre.
Septiembre. Ya puedes olvidar todos los buenos propósitos que has jurado y perjurado que cumplirás; quemar todas las libretas en las que has anotado las cosas que nunca has dicho y nunca dirás, también las que nunca has hecho y nunca harás; comenzar a pensar, a hablar y a elegir por ti mismo pues ya no habrá tiempo para novelas que te hagan fantasear con que tu presente es el de otro; asumir la realidad ya que ni las nubes ni las olas estarán ahí para susurrarte utopías; tirar la guía de Dinamarca, no volverás en tu puta vida; guardar en el cajón ese polo de color chillón que sin el bronceado te quedará ridículo; borrar todas las fotos que has tomado porque no tardará en aparecer un amigo que ha estado en sitios más espectaculares y exóticos que tú; retomar el normal transcurso del tiempo en el que los días vuelven a tener nombre y a sucederse uno tras otro, y otro tras uno tras otro; afrontar 335 jornadas con todos y cada uno de sus 482.400 minutos.
La separación física del lugar de vacaciones deja una sensación de vacío, un ligero regusto de soledad y nostalgia. Resulta difícil no empezar a olvidar de inmediato que también hubo momentos de aburrimiento, soledad, agobios, enfermedad, colas, prisas e incluso bajones físicos y mentales intensos. Sobre tu memoria desciende una agradable neblina que todo idealiza: los turistas (que siempre son los otros) se vuelven más agradables, el entorno más impresionante, la gastronomía más apetecible, los días más memorables. La resaca vacacional se instala a sus anchas y no hay espidifén contra ella. Solo gracias al diario que seguiste escribiendo cada día te das cuenta de que no todo fue tan maravilloso.
Septiembre es un mes de mierda, ya te lo parecía en el colegio y seguías padeciéndolo en la facultad, pero entonces todavía estaba envuelto en un halo mágico que lo vinculaba con la vuelta a la ciudad y a un orden no tan establecido de horarios, aulas y bibliotecas –en las que te volvían loco “las gafas y las piernas” como lo describen maravillosamente Los Lagos de Hinault–. Ahora darías la vida por esa sensación. Pues ahora solo vuelves una y otra vez. Vuelves. Solo vuelves.
*La traducción de la canción de La Femme “Septembre” ha sido realizada por R. Carazo