Por Ignatius J. Batelmo.

Reina es aquella que sabe menospreciar su propia majestad, y aun así jamás deja de asumirla (Xavier Velasco).

• Artista: Florence & the Machine
• Lugar y fecha del concierto: Pabellón Vistalegre, Madrid, 17 de abril de 2016
• Duración: 1h 50’
• Estilo: pop-rock épico
• Valoración: 9, para hacerse groupie

Afamado crítico musical: Estás en un quiero y no puedo porque el espectáculo visual, instrumental y danzante de estos chicos (que fue grandioso) se quedó pequeño ante el magnífico sonido y el torrente soul de una voz que parece aterrizar desde los años 50. ¿Pero realmente qué tocan?, ¿por qué empiezan a llenar pabellones? Siempre afirmaste que Vistalegre era una cloaca por la distorsión del sonido y hete aquí que te has tenido que tragar tal afirmación por la espectacularidad y calidad sonora de este show. Y quieres rendirte a su amor global, a su moda hippy y naif, a su brutal fuerza en directo y a la relación íntima con un auditorio entregado; no obstante, crees que no puedes porque quizás sea todo demasiado comercial. Despierta, anda. Este concierto de Florence Welch y su banda estará en el top 10 de directos de Rockdelux.

Estimado hípster: Ya sé que estuviste viéndolos en el Primavera Sound de 2010, que ya los conocías de sobra entonces y a la hora temprana de aquel concierto no ibas suficientemente colocado, por lo que ya estabas diciendo “esta chica lo va a petar”. Esta vez te pido que vuelvas a verla o simplemente que no insistas en decir que desde Cosmic Love Florence no compone un temazo de verdad. Va a llenar estadios, está sacando discos perfectos y tú te quedarás embriagado con tu ensoñación nostálgica de 2010, porque es de los pocos conciertos que recuerdas, ya que luego te pasaste consumiendo ya sabes qué. Y es innegable que ha mejorado mucho en estos seis años:

Entregada fan: Llevabas más de seis meses esperando este momento, aprendiendo cada palabra de las canciones, estudiando vídeos y coreografías, adaptando tu vestuario al de tu nueva musa. Llegaste con tus amigas, con florecillas silvestres sobre tu cabeza y solo una o dos cervezas encima; te ubicaste en primera fila, se te escapó una lágrima de emoción cuando Florence apareció descalza y de puntillas; coreaste cada letra, tiraste tu camiseta y decenas de flores y lloraste hasta la extenuación cuando ELLA te acarició en su particular paseo entre los presentes. Debo agradecerte con rotundidad lo esencial que fuiste en la creación de una atmósfera prodigiosa.

Querido amigo soltero treintañero: Sabes que el mercado de las aplicaciones móviles te da más sustos que alegrías en cuanto a solteras que encajen contigo; tus amigos, que organizaban fiestas con invitadas de buen ver y mejor conversar, andan muy ocupados con pañales y potitos; la noche no es lo que era y la ratio chico-chica hace que la discoteca parezca un campo de rábanos (u otra hortaliza). Puede que tu estilo musical preferido se aleje del de esta ninfa, pero te has perdido la opción de conocer a una multitud de mujeres jóvenes (más del 70-80% del respetable) eufóricas mientras coreaban cada himno, emocionadas con las evocaciones al amor de Florence, queriendo ser como ella y enamoradas de su aura élfica. Un clamor de voces y palmas en cada estribillo que ponían la carne de gallina. Un nicho antropológico a explotar.

Admirada Florence: No puedo decirte que te quiero porque no es amor lo que siento. Soy incapaz de transmitir mi deseo por ti porque mi atracción es puramente mística. Quisiera que las caricias que tu sensual voz regaló a nuestros oídos permanecieran por siempre en mis recuerdos. Quiero agradecerte la energía desbocada de cada sílaba entonada durante el maravilloso concierto al que asistí atónito de tanta excelsitud, aunque entregado a aplaudir y a corear como un fan acérrimo. Quiero conminarte a seguir y a llenar de magia cada rincón del planeta.

Abnegado lector: Que la pedantería de la carta de un fan de nuevo cuño no te aleje de la realidad. Creo que el mejor show en vivo al que podrás ir en un futuro cercano será uno que den los nuevos reyes de la épica: Florence + the Machine. No vas a encontrar una comunión entre público y cantante tan acentuada en el mundo del pop en lo que queda de año. Ni lo vas a pasar tan rematadamente bien. Ni vas a comprender que una voz tan bonita no se canse dentro de un cuerpo tan liviano y danzarín. Conviértete.