Por El Listo de la Compra
Queridos Reyes Magos:
Este año hemos vuelto a ser muy buenos (o no). A lo largo de 2019, hemos dejado una serie de pinceladas para que nuestros lectores tengan claro cómo acertar en su carta anual:
Cena para dos en el Restaurante El Olvido: sorprenda a su pareja con una velada romántica en el restaurante más afamado de la NA-213. Vistas exquisitas al páramo más recóndito, ambiente selecto y mínimo. No deje pasar la oportunidad porque las reservas son limitadas.
Libros: la tercera entrega del «Los Enemigos del Comercio» de Antonio Escohotado: un pasatiempo ligero sobre las barbaridades perpetradas por el materialismo dialéctico, de Lenin a nuestros días; o un recopilatorio de las novelas de H.P. Lovecraft: éxito asegurado, excepto para mentes sugestionables. Evite leerlo en alta mar, riberas de ríos caudalosos o zonas pantanosas, no vaya a ser que se aproximen criaturas poco recomendables a la hora de cenar.
Viajes: por Cádiz y Huelva, las provincias sobre las que más se ha escrito en lo que llevamos de siglo XXI y nunca decepcionan: atardeceres impolutos, más horas de sol que en cualquier otro lugar de Europa, jamón ibérico y pescaíto, acompañados de una temperatura ideal. O por la capital de Europa, Bruselas: disfrute del encanto de sus mercadilllos y estancias policiales, donde se teje el futuro del continente. No subestime la parte multicultural, que es uno de los mayores encantos de una ciudad brillante a la que siempre querrá volver.
Cine: las mejores (y únicas) películas de James Dean en un sólo volumen. Nunca tanto carisma y fama se reunieron en menos metraje. Una relación cantidad-precio discutible pero de calidad excelsa.
Un espejo: el regalo perfecto para que el transcurso del tiempo no evite que contemple la maravilla nunca mejorada que supone su propia imagen. Sin ambages y sin presión ¡REGÁLESELO, OÑO YA!
Una bici: cuide del planeta mientras hace ejercicio. No se preocupe si no se siente preparado para correr el Tour de Francia, el principal objetivo es no dar positivo en ningún control.
Un disfraz rompedor y que pasará totalmente desapercibido porque a nadie se le ha ocurrido nunca: Joker. Sea el alma de cualquier fiesta, gala, sesión fotográfica o en la cola de su Carrefour más cercano con una indumentaria única.
